- Sonó como un lamento sin lágrima ni reproche en medio del desconcierto, una expresión hasta cierto punto triste por saberse desatendida, ignorada en sus muchas muestras de apresurada colaboración con el gobierno de Trump
Rafael Cardona//Portazo
“Nadie rebaje a lágrima o reproche…” Así comenzó Jorge Luis Borges su impresionante “Poema de los dones”.
La vida admitida como es. Sin pena, ni llanto, ni reclamación. Hay otras cosas, otros bienes, algo más para ser feliz, o al menos creer fugazmente en la felicidad, en el verdadero bienestar humano.
Obviamente, la política poco tiene en común con la poesía, pero a pesar de eso, el tono de la presidenta (con A), pocos días antes de conocerse la actual dimensión de la locura arancelaria de Estados Unidos (todavía no se decretaba el 25 por ciento contra la industria automotriz), sonó como un lamento sin lágrima ni reproche en medio del desconcierto, una expresión hasta cierto punto triste por saberse desatendida, ignorada en sus muchas muestras de apresurada colaboración con el gobierno de Trump, de quien sólo ha recibido señales cruzadas; bastonazos y zanahorias.
“…nosotros hacemos y hemos hecho —dijo en pública reflexión—, y son testigos (testigos a quienes no sirve convencer) de que hemos hecho todo lo que está en nuestras manos para evitar que haya aranceles con (contra) México, porque además tenemos un tratado comercial y hemos estado buscando por todos los medios que no se dé esta situación…”
Y sin embargo, la situación se ha dado a pesar de la diligente y presurosa exportación (sin arancel) de narcotraficantes y decomisos de fentanilo. Abril ya está a la vuelta de la esquina. La próxima semana el imperio hará cuanto a su gana convenga, porque como dice la señora CSP:
“…Es una decisión unilateral del Gobierno de los Estados Unidos… Hemos hecho todo lo necesario (para EU siempre será insuficiente) en información y todo lo que se requiere para evitar que haya afectaciones a México, si llega a haber una decisión que nos afecte de manera particular, pues nosotros ya estaremos tomando decisiones… Es una decisión para todo el mundo (gran consuelo) y tiene que ver con una visión de la actual Administración de los Estados Unidos de proteger su economía. Puede uno estar de acuerdo o no, pero es una decisión del Gobierno de los Estados Unidos. Y en todo caso hay organizaciones internacionales a las cuales acudir”.
Palabras amargas ante la realidad. No hay espacio para el optimismo, ni pueden ya los untados de la comunicación palaciega volver a presentar los aplazamientos y las peticiones de rebaja como si fueran triunfos propios.
Atolito con el dedito.
Quizá la frase más precisa para definir las cosas con un irremediable sentimiento de inamovible frustración ante todo este negro panorama haya sido esta:
“…Hemos hecho todo lo que está en nuestras manos…”
Como decir, si hubiera parque no estaría usted aquí.
@CARDONARAFAEL
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